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jueves, 25 de septiembre de 2014

3 días

Apenas 3 días...

Quién me iba a decir hace 3 meses que llegaría esta fecha, cuando empezaba a disfrutar los sabores del verano. O hace 1 año, cuando rellenaba ilusionado y ya casi de memoria la solicitud que año tras año he subido a secretaría. O incluso hace 5 años, cuando inconscientemente mi sueño internacional nació. El caso es que solo quedan 3 días...

Quiso la casualidad que me enterará de que definitivamente me iba a estudiar fuera una calurosa tarde de Julio, con el viento llenando las velas y las olas del mar de salpicando la regala del barco. Fueron 30 minutos de deambular como un niño al que acaban de darle el juguete que se le ha antojado en ese momento. Después, Ibiza me obnubilo con su cielo estrellado, sus aguas cristalinas y sus playas de fina arena color crema.

Pasan los días y no cambió absolutamente nada, seguía aquí, con los amigos de siempre, con los planes de siempre, las fiestas de siempre. A veces incluso llegaba a olvidar que a partir de Octubre mi futuro académico no pasaría más por las transitadas calles de Madrid.

Pero amigos, las noches caen una tras otras y las primeras decisiones empiezan a ayudarme a recordar. Dejar mi plaza de garaje de Madrid fue la primera dulce bofetada. Ese rincón de Madrid donde más de una cabezada he echado, dejaría de pertenecerme a partir del 1 de Agosto. Esa bofetada debería de haber seguido con otras dos, aprender italiano y estudiar ética, las cuales he conseguido esquivar hasta estos días.

Llega septiembre y con ello el comienzo de las clases a las que nunca volveré a ir. Sigo sin darme del todo cuenta que me voy, ¡me voy! Pero aunque no quiera, hay cosas que no se van a hacer solas. ¡Pues tarde me he dado cuenta! Del calendario se cae el 14 de Septiembre como una hoja seca y pregunto porque no están hechas todas esas cosas que debería haber hecho. En fin, ¿en algún sitio tendré que dormir allí no?

No os voy a contar en que se convirtió la búsqueda de alojamiento, el caso es que lo conseguí con 6 días de margen, ¡Todo un récord! Con la cuenta bancaria no ha habido tanta suerte, menos mal que mi impaciente hermana solo ha podido dejar dos semanas de espera para venir a visitarme. Dudo que el hecho de que su amigo italiano viva a menos de 2 horas de mi piso no haya tenido nada que ver. También Fue una bendición que me enterara 16 días antes de irme de que la Tarjeta sanitaria internacional te la envían en solo 10 a casa, magnífico.

El resto de líneas en mi folio de tareas pendientes ya son más banales, renovar las pantallas del casco, preparar mi maleta, preparar una segunda maleta que me llevará mi hermana, buscar donde pasar la primera noche y demás cosas circunstanciales.

Apenas 3 días...

Pues sí, y en estos 3 días pretendo despedirme tranquilamente de todas las personas que considero que merecen ser despedidas. Muy posiblemente me deje a muchas, con lo que a aquellas de las que no me podré despedir, tendréis que venir a visitarme para poder hacerlo adecuadamente.


JG dixit.