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miércoles, 15 de abril de 2015

Vive ahora, que los minutos se evaporan


Tiempo perdido es tiempo que no se valora
tu vive ahora, que los minutos se evaporan.
La vida pasa y he vuelto a olvidar la hora
entre sorbos de Barceló y la gente de banda sonora.

Busco evasivas, la gente que se me olvida,
estoy listo pa' luchar, para pasar a mejor vida.
Dejo la vida solo para disfrutar del previo paso,
frente a la brisa del mar y respirar.

Tiempo perdido es tiempo que no se valora
tu vive ahora, que los minutos se evaporan.
La vida pasa y he vuelto a olvidar la hora
entre sorbos de Barceló y la gente de banda sonora.

Sigo perdido en una mirada que he visto hace un segundo 
y si no la vuelvo a encontrar yo me derrumbo.
Tanto tiempo navegando sin un rumbo
que al final llegaré a donde me quiera llevar el mundo.

Voy poco pendiente de las cosas que preocupan,
lo siento mama, no se, las distracciones que me ocupan.
He pasado el día entre las masas que se agrupan
para gozar del buen tiempo, la fiesta y la buena música.

Tiempo perdido es tiempo que no se valora
tu vive ahora, que los minutos se evaporan.
La vida pasa y he vuelto a olvidar la hora
entre sorbos de Barceló y la gente de banda sonora.

Nadie capaz de domar alma tan inquieta
no puedo vivir encerrado entre tantas cuerdas que me aprietan.
Busco una solución, tus labios me deleitan
con algo de ron añejo dejo atrás toda revuelta.

Tiempo perdido es tiempo que no se valora
tu vive ahora, que los minutos se evaporan.
La vida pasa y he vuelto a olvidar la hora
entre sorbos de Barceló y la gente de banda sonora...


'Anónimo'

martes, 14 de abril de 2015

Polimi, la universidad italiana.


Si hace tiempo os di un pequeño paseo por las calles de mi universidades, esta vez quiero compartir las diferencias del sistema italiano.

Vamos a ser sinceros, podría dar rodeos pero acabaría antes o después en lo que más llama la atención. El número de convocatorias 'anuales' por asignaturas. ¿Dos como en España? Aquí por fin se ve que los profesores también han sido alumnos. Aquí también hay dos exámenes, pero por 'convocatoria'. Si si, habéis entendido bien. Llega Febrero, haces tus exámenes finales, y si alguno no ha ido como esperabas, 15 días después se vuelven a repetir todos. Lo mismo para Julio y Septiembre. Y además algunos profesores piensan que deben ayudarnos un poco más dada la escasez de convocatorias y añaden alguna mas en Mayo para el primer cuatrimestre y en Noviembre del año siguiente para las del segundo.

Vamos a hacer números, porque al final os van a salir entre 6 y 8 convocatorias de una sola asignatura, ¡Al año! Joder, si en ICAI no he necesitado más de 5 convocatorias para todas las asignaturas (aunque claro, 5 convocatorias españolas son 3 años de matrícula). ¿Pues no será tan difícil no?

Es cierto, no es tan difícil, pero aquí juegan en otra liga. Si no os lo comente y no conocéis como funciona aquí el sistema de calificaciones os lo resumo. La nota se calcula sobre 30, lo que equivaldría a nuestro 10, pero el aprobado se fija en el 18, no el 15 como cabría esperar.

Dada la cantidad de oportunidades para aprobar casa asignatura, el objetivo es el 30. aprobar es para los erasmus. Tampoco voy a poner pegas. Pero la competitividad entre italianos es altísima. Son capaces de rechazar notas de 26 o 27 con tal de presentarse al siguiente examen para aspirar al 30. Y esa es otra cosa que llama la atención. Puedes rechazar una nota. Vas a tu examen, lo haces, apruebas, no te parece suficiente y la rechazas. Te vuelves a preparar a ver si la siguiente sale mejor. ¿De locos no?

De temas de asistencia no hablemos. Hay veces que incluso les haces un favor quedandote en casa en ciertos laboratorios. Es imposible meter a 180 personas en un edificio a hacer mediciones y que se enteren todos.

El tema de que un parte de la nota final requiera un examen oral también llama la atención. Por lo menos no es algo a lo que estuviera acostumbrado. Más extraño es cuando hablo mejor que el profesor (los exámenes son en ingles) o cuanto somos tanta gente que el examen oral se hace escrito ¿?¿?¿?¿?¿? Pues vale.

Si hasta aquí no os he sorprendido lo más mínimo, entonces es que habéis ido a curso por año. Sí no no me lo explico.




JG Dixit.

domingo, 11 de enero de 2015

La primera vez.


Nada como la primera vez. Y es que no siento lo mismo. No quiero decir que no me guste, pero como que las emociones no son las mismas.

Efectivamente, vuelvo a Milán después de casi un mes de Navidades. Un mes en el que literalmente no he parado salvo cuando estaba en la cama (aunque he de reconocer que no es que haya dormido poco).

Volví a Madrid el 19 de Diciembre. Y digo el 19 porque pese a aterrizar el 14 no me sentí en Madrid hasta terminar el examen el 19 a las 9 de la noche. La bendita asignatura ocupaba mi toda mi cabeza, aunque no todo mi tiempo. A partir de ahí me empecé a sentir como en vacaciones. Pero había algo más.

Volver a casa, encontrar cada cosa en su sitio, tener la comida caliente en la mesa y la ropa planchada mientras me dedicaba a ver a unos y otros me hacía pensar que venía de unas vacaciones en Italia muy largas. Haciendo las tareas de casa y demás pero sin muchas más obligaciones. Me he tomado la toma de contacto con Milán muy a pecho, no tanto con la universidad.

Y es que con Papá y Mamá se vuelve rápido a la buena vida, a la comodidad y confort de estar casa. Hasta tal punto que me daba pereza volver a Milán. Y es que claro, la primera vez todo son sorpresas, emociones nuevas, cosas por descubrir. Pero, ¡ay amigo! Ahora ya se a lo que vuelvo, y con el plus de tener que estudiar de verdad.

Bueno, vuelvo con eso y con kilos y kilos de equipaje. Mi idea de tratar de necesitar todo lo que quepa en una mochila ha perdido fuelle, y es que una tabla de snowboard, con sus correspondientes botas, casco y demás accesorios distan mucho de poder llevarse a la espalda. Cierto es que tampoco son cosas con las que no podría vivir. Bueno, iré mejorando ese aspecto poco a poco.

Ahora en el vuelo todo parece encauzarse. Me doy cuenta a donde vuelvo y porque lo he elegido. No solo es lo que quiero sino que además sé que es un buen camino. He salido de casa sin resignación y con más ganas que las que esperaba encontrar. La vida no llama a tu puerta y de despega las sabanas. Tampoco te limpia las legañas y te sirve un café. Y por supuesto no espera a que te arregles y decidas salir.

La vida pasa por tu puerta y si no has salido a buscarla ya es tarde. La vida quiere que te despiertes con las ganas con las que lo harías si fuera tu último día, que seas tú quien la espere en la calle, que la acompañes con la mejor de tus sonrisas incluso cuando le apetezca ponerte la zancadilla. En definitiva, que aprendas a disfrutarla porque es la única que tienes, no va a pasar una segunda vez.

Es la primera vez.

Y eso estoy haciendo.







J.G. Dixit