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jueves, 6 de noviembre de 2014

Bienvenido a la universidad pública

He empezado a ir a la universidad. A la universidad pública. Si eres de los que ya la habéis sufrido o la estáis sufriendo, no perdáis el tiempo, tenéis mi más sincero reconocimiento. En serio, es casi una asignatura más cada año sobrevivir en ella. No sigáis leyendo, aprovecha este tiempo en algo que no pudisteis hacer mientras deambulabais como pollos sin cabeza en vuestro campus.

Porque como habréis podido intuir o muchos ya sabéis, estudio, bueno, he estudiado en un universidad privada. No solo eso, mi colegio también era privado. Y no lo digo con vergüenza, he disfrutado de una magnífica educación y de unos compañeros y profesores aún mejores (siempre hay excepciones).

Un edificio, 5 plantas, todo numerado y clasificado, clases del tamaño de mi habitación, un comedor buenísimo así como sus camareros, servicio de reprografía,  ordenadores siempre a disposición, etc. Y todo ello en el centro de Madrid.

Adiós a todo eso, esto es el politécnico di milano. 3 campus dentro de Milán, más de 50 edificios,  más de 150 pisos y más de 600 aulas. Y te sueltan en la entrada, buena suerte.
Sin un mapa, un horario o unas directrices. Bucea en la web y a ver que encuentras. Y si todo estuviera medianamente ordenado, todavía. Pero no, estudia aquí pero haz papeleos allí, come por allá pero fotocopia por acá.


Máquinas de café y microondas adornan las paredes de cada piso. Mesas por los caminos entre edificios.

Hablemos de los edificios del nuevo campus de ingeniería. En palabras de mi compañero 'barri':
'bienvenidos a bricomania, hoy vamos a construir una universidad con más de 150 años de experiencia. Buscamos un complejo industrial con 25 naves, pintamos las vígas de colores llamativos, hacemos una separación mediante muros cortina y finalmente tíramos bancos y mesas corridas en cada habitación. No nos importa la distancia entre silla y mesa, total no se van a poder mover. Podemos adornarlo con pizarras y proyectos a nuestro antojo. Con esto ya tenemos terminada nuestra universidad de prestigio.'


Aula LM.3, aula L.09, aula CT62.1... Después de descubrir que no necesitas una máquina enigma para descifrar donde esta tu próxima clase, te das cuenta que el edificio que te toca esta a 10 minutos de donde te encuentras. Y por díos que no te entre ganas de comer y de hacer fotocopias. De mear y/o beber café no te preocupes, que en cada planta, incluso en los talleres hay siempre un baño y una máquina de café. Y es que aquí el café se lo beben como agua (con gas claro), pero eso ya pertenece al post de gastronomía.


Estábamos con las fotocopias. Si en mi universidad estaban en la primera planta, al lado de los ordenadores, en un sitio de fácil acceso, a mano de cualquier punto del edificio, aquí es todo lo contrario. Al final de la universidad, al final del polígono, al final. Donde ya pierdes la esperanza de encontrar vida, donde las ramas de los árboles cubren los edificios, donde tus pasos resuenan como ecos en la niebla, allí al fondo, en el rincón que el de arriba se olvido de rellenar, una vez allí.... Hay un comedor. Pues es debajo de ese comedor donde se ubica el agujero oscuro de las fotocopias o CUSL.

Y después tienes que volver a clase, buena suerte.


JG Dixit

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