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lunes, 10 de noviembre de 2014

Tráfico y pasión.

Estaba tardando en dedicarle una entrada a mi pasión, coches y motos. Y Milán lo merece.
De otras capitales de Europa poco podría decir, en Inglaterra conducen al revés, el gusto por los coches de postureo en París, o que el 80% de los coches bávaros son de sus 4 grandes fabricantes y que las "autobahn" no tienen límite de velocidad. En Milán todo llama la atención, desde el sistema de transporte público hasta el amor que sienten aquí por sus 'macchina'.

Empieza por sorprender el entramado de cables que sobrevuelan la mayoría de las vías públicas. Dada la alta contaminación del centro, no sólo la enorme red de tranvías usa ese tendido, además han convertido los autobuses para que puedan funcionar en modo eléctrico. Si van por rutas sin tensión, arrancan el diésel y listos. Un magnífico ejercicio de diseño electromecánico.

Dado que tanto tranvías y autobuses están conectados al cielo, deben seguir una ruta determinada dentro de la ciudad. Una ciudad que, no olvidemos, comparten con coches y motos. Y de ambos hay muchos. He tenido la oportunidad de conducir a través de esta peculiar ciudad y no es cosa fácil. No hay carriles,ya que los raíles de los tranvías no se ajustan a ellos. hay isletas en medio de las calles donde paran autobuses y tranvías, que van por el centro de la calle dada su condición. Hay que estar atento de no meterte donde no te toca a riesgo de quedarte atascado entre dos autobuses. Mil ojos a los peatones, que tal y como acostumbran aquí, se tiran a la carretera como si no hubiera un mañana. Atención también para las motos, que si en Madrid te molestan, aquí son hormigas entre la hierba.

Y llega la noche y con ella quizá el suceso que más me ha sorprendido desde que llegué aquí. Es algo que no alcanzo a entender. No se si les hace más civilizados o más cavernícolas, lo dejo a vuestro juicio. A partir de medianoche, todos los semáforos de los cruces se ponen en ámbar parpadeante, en todos los carriles, con el objetivo de no hacer esperar a nadie en un semáforo si no viene nadie por la otra via. Eso significa 'pasa con cuidado, bajo tu propia responsabilidad'. También significa, 'puedo pasar como si no hubieras cruce'. Y lo mismo se aplica a los peatones. No hay más palabras señoría.


Tras sobrevivir al tráfico, he empezado a fijarme en el parque móvil italiano. También es algo que a cualquier amante del automóvil le saca una sonrisa. En general no hay lugar a la lógica, a la decisión inteligente, a la búsqueda de fiabilidad o eficiencia. No, aquí la gente se compra un coche con el corazón, hace caso a lo que sienten y no a lo que necesitan. Y eso me gusta. He tenido ocasión de fotografiar muchos de ellos









Y otros tantos que no he podido fotografiar entre los que se encuentran un Ferrari F12, un par de Gallardos y un Murciélago, Maseratis en abundancia, y un montón, pero un montón de alfa romeo giulietta quadrifoglio verde. Para que os hagáis una idea, es el sustituto aquí del Golf GTI, del cual todavía no he visto ninguno.

En lo que a motos se refiere, igual, barren para casa y tiran de pasión. Ducati Monster es la reina de las calles, a la que le siguen un buen numero de Supermotards de alta cilindrada tipo KTM Supermoto, Aprilia dorsoduro, ducati hypermotard, yamaha XTR, y bastantes streetfight rollo Triumph SpeedTriple o Kawasaki Z. Motos puramente divertidas, sin ningún uso práctico más que el de pasarlo bien.

Da gusto ver que quedan personas apasionadas, con sentimientos y emociones, que buscan disfrutar al volante antes que preocuparse del precio de la gasolina, de si cabe la abuela o de si pueden subir bordillos. Como no, tenía que ser en Italia.



JG Dixit.



P.D. Rena, Jose, por este año pase, pero el año que viene no me pierdo el salón internacional de la moto de Milán, ya podéis ir reservando fechas,,,





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